domingo, 11 de septiembre de 2011

PÁGINA WEB ARTE Y ANTROPOLOGÍA




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domingo, 14 de agosto de 2011

DOCUMENTAL SURVIVAL


sábado, 6 de agosto de 2011

Análisis sobre Nanook of the North

Título Nanook of the north Guión Robert J. Flaherty
Año 1922 Música Música instrumental
Duración 79 min. Fotografía Robert J. Flaherty (B&W)
País USA Reparto Documentary
Director Robert J. Flaherty (1884-1951) Productora Revillon Fréres
Género Documental etnográfico Perspectiva Subjetiva
Estilo Taxidermista Población Inuit
Ubicación Geográfica Región de Hudson, Canadá
Análisis por Daniel Castillo T.

La sinopsis del film de Flaherty, es pues: La filmación de la vida cotidiana de Nanook y su familia en la región de Hudson, Canadá.


Flaherty diría en una ocasión al respecto que cualquiera que viera un extranjero, le ayudaría a comprenderlo, la posibilidad de enterarse de los problemas que le agobia, los cuales son semejantes a los de él .


Es así que empieza la historia de Nanook, un esquimal muy alegre, que vive junto a su esposa y sus hijos en un territorio pintado de nieve y agua muy fría, al cual lo combaten con abrigos gruesos hechos de pieles. Principalmente la pesca, o la caza de lobos marinos, y el comercio son necesarios para la supervivencia de estos; por otro lado la asociación para la construcción de embarcaciones o iglús (casas de hielo) es necesaria dentro de estas actividades. El detalle del film es mostrar cómo lo hacen y para qué lo hacen, de manera secuencial, encerrando los aspectos que Flaherty considera los más importantes. De esa forma y a la vez nos muestra el paisaje y los recursos naturales que existen alrededor y con los cuales se relaciona la vida social. Esta última incluye la preparación desde muy pequeños de los esquimales con juegos para afrontar las difíciles condiciones, la domesticación de los perros, y las relaciones familiares que construyen al héroe de la historia, quien al final se le ha sacrificado.

El discurso que nos muestra el documental está relacionado al particularismo histórico, habrá que recordar que cercano a esos mismos territorios en el año de 1886, a aquél precursor de esta corriente, Franz Boas. Quien dentro de sus experiencias se había extraviado en una excursión y fue rescatado por los Inuit, experiencia que le cambió la vida y la forma de ver a los pueblos de manera particular y no como gente que se había estancado en el tiempo, tal como lo hacían los evolucionistas. Por otro lado, el modo principal de representación es el expositivo, el film muestra acompañado de textos y un rostro de Nanook, un carácter amistoso hacia el espectador. No participa el que filma, y las secuencias de video son cortadas eventualmente con textos, semejantes a la voz del narrador que indica el sentido de las imágenes. El héroe debe salvar a su familia, sufriendo pruebas que le recompensarán luego.

Detrás de todo ello se manifiesta una intencionalidad de registrar pero al mismo tiempo, y sutilmente, también está presente una sensación persuasiva que quiere mostrarnos lo iguales y buenos occidentales que pueden ser los esquimales. Por ello compara una vida de sacrificio y trabajo para mantener una familia, mostrando capacidades y aptitudes. Hay en ello una modalidad mimética, de semejanza con el “otro”, una comparación que evoca al entendimiento y comprensión del espectador, mostrándole al “otro” quizá como alguien semejante a él mismo. Ahora, el productor muestra a la audiencia la posibilidad de contacto, sea comercial o amical, con los esquimales, y que estos no son agresivos, es más están dispuestos a aceptar los productos de la civilización occidental intercambiando sus productos por una grabadora de sonido o medicinas que les aliviarían de algunos malestares. En esa época aún no se había terminado de colonizar todos los territorios que hoy en día Estados Unidos posee, y la expansión tanto tecnológica y económica iba a la par. Mucha gente tenía miedo de irse a lugares desconocidos por miedo a caníbales u animales terribles que los podían atacar, y una forma de destruir estos prejuicios era mostrando lo que encontrarían por medio de los films, sobretodo a los más interesados en expandir o conseguir más recursos a bajos costos. Por ello, sabemos bien, que Flaherty fue apoyado por la empresa peletera Revillon Frères, para que le muestre cómo se sacan las pieles de los animales para hacer abrigos u botas que les traspasa el agua ni el frío. Entre todos estos puntos que me parecen de interés, debo añadir este último, con respecto a las técnicas de recolección de datos y apuntes que van construyendo una historia secuencial: empezando por la presentación, la historia en sí, el momento trágico, la resolución de los conflictos que terminan en una breve explicación de lo que pasó con Nanook. Las tomas tienen un valor estético de muy buena calidad compositiva que ayudan positivamente al propósito de la cinta; un blanco y negro que contrasta los objetos del contexto, la lucha del hombre con la naturaleza.


A mi parecer, este film motivo la expansión colonial mostrando recursos y disminuyendo el miedo que se tenía a los otros pueblos desconocidos de la época. Si bien esta afirmación no podría encerrar todos los aspectos que motivaron la creación del film, creo yo que haya sido la más perjudicial para el pueblo Inuit. Se muestra a un personaje que escapa a la realidad de su cultura dentro del film, que es armado de acuerdo a los valores occidentales que se manejan en esa época, como el modelo de familia y el trabajo. Las duras condiciones ambientales, son mostradas como duras porque son vistas desde el punto de vista de la cultura del productor y del ambiente en el que ha crecido, que debe haber sido muy diferente como para que le ponga el acento y lo resalte como lo más exótico.

Al inicio del documental aparece frente al espectador el rostro sonriente de Nanook, como si nos presentaran por primera vez a un amigo. Es importante resaltar que fuera de todo los efectos o distorsiones que pueda haber tenido, hay registros de cómo se construían embarcaciones, herramientas y técnicas de caza, sobrevivencia y convivencia. Por ejemplo, la forma en que vivía la familia y la educación de los niños transmitiéndoles su cultura. Hay muchos sesgos que evitan cambiar la imagen heroica y amical de Nanook mostrándonos solo un paraíso de hielo, donde viven personas felices que pueden tener semejantes características y deseos que cualquier otro espectador, mi conclusión tal como lo dijo flaherty, al inicio de este análisis, es que el film tiene la intención de mostrar al otro como semejante a los espectadores, pero al mismo tiempo de una manera recortada mostrando lo que posee, construyendo nuevas intenciones o modos de ver a los Inuit.

martes, 21 de junio de 2011

VIDEO MARCHA OMATE-AREQUIPA

ALGUNOS PRIMEROS PASOS
ANTROPOLOGÍA VISUAL EN EL PERÚ
UN CORTO INTENTO DE DOCUMENTAL ANTROPOLÓGICO
MARCHA OMATE-AREQUIPA

http://www.youtube.com/watch?v=YEQ2XH1eEzo

viernes, 21 de enero de 2011

JMA ANTROPOLOGO EMPIRICO Y CIENTIFICO

Escrito por: Daniel E. Castillo Torres.


En el Perú hubo un antropólogo empírico que ya se había hecho legendario. Esta afirmación para algunos les resultará extraña ya que también fue un literato dentro de la corriente indigenista del Perú. Pero me corresponde resaltar la primera afirmación, ya que ésta ha sido disminuida o quizá hasta desvalorizada en los últimos años. Más cuando hoy el escritor Mario Vargas Llosa, quien ha conseguido un premio importantísimo de literatura, junto a los diálogos que fomentan polémica entre la mayoría de la gente, hacen relevante el arte de la literatura. Los medios de comunicación han influido en gran proporción esta mentalidad, arrasando con la publicidad mostrándola en los periódicos, programas de televisión, radios y demás medios, anunciando la noticia: Que un escritor peruano ha ganado el premio Nobel. Plasmándose de ese modo, ideas de un hecho real, en la conciencia del público centradas en la literatura. Por lo que, del mismo modo se ha ido difundiendo sobre José María Arguedas una imagen más de literato que de antropólogo.



Ambas carreras hoy en día se disputan la pluma, el ejemplo de ello es la antropóloga Billie Jean Isbell (Profesora de nuestro profesor Felix Palacios en la Universidad de Cornell) quién hace poco ha ganado un premio de literatura en los Estados Unidos, con la novela y etnografía titulada “Finding Cholita” (Buscando Cholita). Y en el pasado, Claude Lévi-Strauss publicó en 1955, “Tristes trópicos”, que es un texto que tiene de todo un poco y donde narra su viaje al centro de la Amazonía contando sus experiencias personales, texto que participó en un concurso de novelas donde se le negó el premio por ser tipificado como etnografía. Así mismo, literatos también incurrieron en hacer etnografía para hacer literatura. En fin hay muchos otros casos más.
Cierto es que ninguna rama de las ciencias sociales se ha comprado los derechos de las técnicas y métodos de investigación o de publicación, lo cual, las pone hoy en día a disposición de quienquiera; tanto del antropólogo como del literato. De modo que, se estarían fusionando dos cosas que se fueron desarrollando en un inicio en las dos carreras. Entonces, para el caso de la antropología le correspondió, la etnografía que conlleva uno de sus significados básicos que es “la descripción de los pueblos”, y estas descripciones tenían que ser inclinadas a la objetividad y realidad posible; mientras que para la literatura, el concepto de “ficción” estaba muy relacionada con ella porque no implicaba el estudio científico, y se podía comentar o crear irrealidades. Ahora, debo dejar en claro que, ni uno es más que el otro, ninguno es más importante que el otro, sino que ambos pueden tirar, sólo desde un punto de vista abstracto y quizá pasado, hacia sentidos opuestos.


José María Arguedas aprendió las técnicas etnográficas una vez que se abrió el Instituto de Etnología y Arqueología de la Universidad de San Marcos en 1946, antes de esta fecha ya había publicado varios de sus textos como “Yawar Fiesta” en 1941 y ya tenía en mente “Los ríos profundos”. Pero ello no quiere decir que antes de 1946 Arguedas no fue un antropólogo y que solo era hasta entonces un literato, sino por lo contrario, propongo decir que sí fue un antropólogo, no científico, pero sí: empírico.


Ahora, ¿qué significa ser un antropólogo empírico? Significa desarrollar cualidades o características que han estado presentes en muchos antropólogos mucho antes de que los llamen: antropólogos: de manera sencilla, esas son las siguientes: Viajar, ser preguntón al llegar, ser reflexivo y analítico, y tener la capacidad de escribirlo todo. En Arguedas, la primera característica resalta desde su niñez tal como es contada en “Los ríos profundos”: Viajando con su padre por Cuzco, Yauyos, Huancapi, cangallo, Abancay, etc. Más adelante viajaría hasta Europa y otros países de Sudamérica. La otra cualidad, volviendo a la obra, donde aparecen también las abundantes preguntas que les hacía a su padre y los indígenas que encontraba en sus recorridos. El punto analítico y reflexivo, quizá la parte más difícil de desarrollar para un antropólogo, lo llevó a ponerse en defensa de los indígenas, al valorar la cultura antigua e imponer el quechua, armando un discurso de todas las partes que iba recogiendo en sus travesías y experiencias. Finalmente, su capacidad y esfuerzo para el estudio le permitió escribir extensas obras, tanto que hoy en su centenario se imprimirán 7 tomos de las obras antropológicas completas y 5 tomos de las literarias.


José María Arguedas fue un antropólogo, así como también fue un literato. Y no desde que se haya graduado en San Marcos, sino en todo el transcurso de su vida, desde que nació se fue formando para que hoy lo podamos reconocer como tal. Solo que, desde 1946 se le fue anexando a ese antropólogo empírico un antropólogo científico. Pero jugar o discutir si Arguedas fue un literato o un antropólogo sería tan igual, que discutir si fue un indígena o un blanco, y ello no fue la motivación de este trabajo. Así que luego, de haber mostrado y sustentado mi posición, debo agregar que como ser humano, y como cualquier otro antropólogo, por más de que su misión sea de inclinarse hacia lo objetivo no escapa a sus propias emociones y percepciones, que influyen en sus trabajos escritos que perdurarán en el tiempo y serán parte de la acumulación de conocimiento científico para el desarrollo de la sociedad y formación de futuras generaciones, que seguramente al estudiar su obra pulirán y mejorarán el pensamiento antropológico.
Lamentablemente se ha estudiado y se han publicado sus obras mucho más en Europa que en el Perú. Sólo algunos antropólogos como Rodrigo Montoya, Alejandro Ortiz Rescaniere y Luis Montoya, se dedican a difundir al José María Arguedas antropólogo. Incluso salieron en su defensa cuando Mario Vargas Llosa publicó “Utopía Arcaica”, obra que convertía la obra de Arguedas en ficciones. Por lo que se hace el llamado a la comunidad antropológica a prepararse para el centenario de uno de los más grandes antropólogos que ha tenido el Perú.

Daniel Castillo: Estudiante de antropología de la UNSA. Estudios en Ingeniería Informática en la USP, en Arte en la Escuela Carlos Baca Flor, y en Antropología en la PUCP. Con intereses en: Antropología visual, Poder, Medios de comunicación, Religión, Política, Educación, Identidad, y Arte. Ha hecho trabajo de campo con grupos religiosos: mormones en Santiago de Chile y el MVC en Arequipa, y en movimientos de protestas. Ha trabajado con Alejandro Guerrero y está incluido en su equipo para su próximo documental en el parque nacional Yanechaga-chemillén.
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